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lunes, 5 de julio de 2010

PROBLEMA DE GETTIER


El problema de Gettier es un problema de gnoseología moderna que surge al presentar contraejemplos a la definición de la lógica proposicional del "conocimiento" como "creencia verdadera justificada" (CVF). El problema le debe su nombre a un artículo de tres páginas publicado en 1963 por Edmund Gettier, llamado "Is Justified True Belief Knowledge?" (¿Es la creencia verdadera justificada un conocimiento?), en la que Gettier argumenta que no es necesariamente el caso. Otros filósofos han propuesto problemas ligeramente diferentes, que se han incorporado a los contraejemplos enunciados por Gettier. El conjunto de estos problemas y el desafío que plantean a la cuestión ¿qué es conocer? recibe el nombre del problema de Gettier. Aunque se han dedicado cientos de artículos a esta cuestión, no hay consenso respecto a la solución al problema general.



CONTRAEJEMPLOS:


El artículo de Gettier empleó experimentos mentales como contraejemplos para mostrar que hay creencias verdaderas y justificadas, y que por tanto satisfacen la definición tripartita de la creencia verdadera justificada—pero no parece que se trate de auténticos casos de conocimiento. Según Gettier, estos contraejemplos muestran que la definición de conocimiento como creencia verdadera justificada es errónea, y que es necesario un análisis conceptual distinto para definir al conocimiento. Con posterioridad otros filósofos han planteado nuevos problemas ligeramente diferentes.

Los problemas de Gettier tienen dos puntos en común. El primero es que la justificación es falible. Es decir, justifica de alguna manera la creencia, pero no es concluyente. El segundo es que interviene decisivamente el azar. Estos dos puntos se combinan de forma que la suerte compensa la debilidad de la justificación.

El trabajo de Smith

El primer contraejemplo enunciado por Gettier es el siguiente: Smith ha pedido un trabajo pero tiene la creencia justificada de que «Jones conseguirá el trabajo». También tiene la creencia justificada de que «Jones tiene 10 monedas en su monedero». Por lo tanto, Smith concluye (justificadamente, por la regla de transitividad de la identidad) que «el hombre que consiga el trabajo tiene diez monedas en su monedero».

Al final Jones no consigue el trabajo, sino que se lo dan a Smith. Sin embargo, Smith descubre al abrir su monedero que tiene 10 monedas en él. Así que su creencia de que «el hombre que consiga el trabajo tiene diez monedas en su monedero» estaba justificada y es verdadera. Pero no parece que sea conocimiento.

Brown en Barcelona

El segundo contraejemplo enunciado por Gettier es: Smith tiene la creencia justificada de que «Jones posee un Ford». Smith concluye (justificadamente, por la regla de la regla de adición) que «Jones posee un Ford o Brown está en Barcelona», aunque Smith no tiene dato alguno sobre dónde está Brown.

Jones no posee un Ford, pero por una extraña coincidencia, Brown se encuentra en Barcelona. De nuevo, Smith tenía una creencia que era verdadera y estaba justificada, pero no parece que tuviese conocimiento.

La oveja en el campo

Roderick M. Chisholm propuso el siguiente contraejemplo: Un observador ve en la lejanía lo que le parece exactamente una oveja. Así que cree que hay una oveja en el campo. Sin embargo, resulta que era un perro que el pastor había camuflado para hacerlo pasar por oveja. Pese a todo, tras una cerca se encontraba una oveja. De forma que su creencia estaba justificada y era cierta.

El pirómano

Otro problema, propuesto por Brian Skyrms, se puede enunciar como sigue: Un pirómano saca una cerilla de una caja de una marca que conoce bien, porque nunca le han fallado. Evalúa las condiciones de la cerilla y el ambiente y considera que son idóneas para que la cerilla se encienda. Por tanto, cree justificadamente que si trata de encenderla la cerilla prenderá. La cerilla, en efecto, se enciende. La creencia estaba por tanto, justificada y se ha probado cierta. Sin embargo, desconocía que la cerilla tiene una serie de impurezas difícilmente detectables que habrían impedido que se encendiese de no ser por la coincidencia de que la cerilla recibe un haz de rayos Q, una extrañísima e infrecuente radiación que cambia las condiciones de la cerilla y hace que se encienda.

Los falsos graneros

El siguiente problema fue enunciado por Alvin Goldman: Henry está conduciendo su auto por la carretera. A lo lejos, ve algo que parece ser exactamente un granero. Ante esta percepción, cree justificadamente que está viendo un granero. Sin embargo, desconoce que en la región tienen la costumbre de construir falsos graneros, que sólo tienen la fachada que se ve desde la carretera. Pese a todo, por casualidad lo que Henry había visto era en realidad uno de los pocos casos de verdaderos graneros de la zona.

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